Momento musical de el día (jefecito, hatta mad hatter)

Esa mañana salí de mi casa oculta tras de la corteza de un árbol, el bosque y el sol, lucían como cuando antes esto era Wonderland, la diferencia era que a lo lejos se escuchaba las rondas de los soldados de la reina roja, aun buscaban a alice, me pregunto hasta cuando volverá mi tierra a ser como antes, yo traía mi bata de dormir, una de colores arcoiris, que estaba acompañanada por una gorra que me hacía parecer un nomo de jardín o un séptimo enano de el viejo cuento de blancanieves

Me pare a las afueras de mi casa árbol y contemple el paisaje, luego me aburrí como de costumbre, me rasque la cabeza y me metí a mi casa, era muy espaciosa para ser el interior de un árbol, adentro tenía todo hecho un puerquero, bromas de los gemelos Tweed y armas que los rebeldes me habían proporcionado, yo no me consideraba un "guerrero", al contrario de todos, era el mas tierno y que aun creía en el poder de el amor.

Busque entre mis cosas y saque una tuba dorada, no sé ni donde la conseguí, pero comence a hacer un ruido barbaro, mientras bailoteaba y bailaba en toda mi casa

entonces escuche que llamaron a la puerta muy molestos al parecer, y deje de tocar, me quite la tuba de encima y sin mucho cuidado la deje caer, fui hacía la puerta, no la abrí, abrí una pequeña rendija en forma de circulo y por ahí asome un ojo
jefesito exclame al ver a Hatta Mad Hatter, frente a mi puerta y la abrí pase pase... le invite a pasar....

Con precaución abandonó el molino. Ya no podía pasearse con libertad por su propio entorno, últimamente los soldados de la reina se paseaban en los al rededores. Desde su pequeño desacuerdo con el señor Tiempo, había caído de la completa gracia de la reina, y ahora con la llegada de Alice, era el primero en la lista de sospechosos por ocultarla y uno de los más buscados, no que eso estuviera del todo equivocado, ya que en efecto, la rubia se escondía con ellos, y precisamente por ello no permitiría que la encontraran. Cuando se aseguró de que el grupo de diamantes que se encontraba afuera de su propiedad de retirara, salió por la puerta trasera. Sabía que pronto las cartas o incluso la reina irrumpirían sin avisar en su hogar, y peor que ser interrumpido durante la hora del té por su real majestad, sería que se llevaran a Alice con ellos.

Caminó por el bosque con un plan en mente, la reina sabía que el estaba detrás de todos los sabotajes en su contra, pero no sabía quien más estaba involucrado. Gran parte del bosque aún no había sido alcanzado por la maldad de la reina, lo que significaba que aún quedaba un recuerdo de lo que alguna vez había sido Wonderland. Sonrió para sí mismo, sabía que algún día no muy lejano todo regresaría a la normalidad. Supo que estaba cerca de su destino al escuchar música alegre y ruidosa proveniente de alguno de los árboles de al rededor. Se guió por el sonido hasta llegar a una puerta camuflajeada en un árbol y tocó con fuerza. Sabía que con tanto ruido sería un milagro que escucharan su llegada. Pronto una rendija dejo ver el ojo de su anfitrión al cual le sonrió. Pronto este abrió la puerta y permitió su entrada. -Sargento.- Dijo mientras caminaba en el interior y lo admiraba. -Curioso árbol que elegiste para vivir...¿Te hace muchas preguntas?- Finalizó mientras iniciaba con su característico juego de palabras y antes de ir directamente al grano del porque de su visita. Se dejó caer en uno de los sillones sin dejar de inspeccionar el hogar del sargento con curiosidad.

el sombrero entro muy a sus anchas a mi hogar, y a mi no me quedaba otra que aceptarlo tal y como era, porque aunque tenía el mote de "sargento", tenía también el miedo y la cobardía de un animal como la morsa.....

Lo deje entrar y solo cerré la puerta, mi casa era de lo más Psicodelica que se halla visto nunca en Wonderland, posters de un submarino amarillo con cañones salidos. Posters de soldados con trajes de color pastel, algunos dibujos hechos por mi cuenta y demás cosas

el comenzó con su juego de palabras, a que jefe tan mas lunatico me cargo yo creeame jefe, me hacen menos preguntas que las que me hace mi realidad todos los días suspire y como no quería quitarle la comodidad a Hattar, mejor me jale una silla que estaba por ahí, poniendo el respaldo por delante y sentando me a sancadas en el mismo a que se debe que Alice, no viene con usted señor?.. dije con cierto recelo, cierto es que de todos los que habitabamos aquí, el era nuestro, ¿como se dice?.. lider, y desde que esa puta rubia apareció se preocupa más por cuidar su integridad, aveces yo mismo he pensado en entregar a la rubia a la rubia a la reina para que esto termine, no estaría mal y sería un buen plan... despues de todo, no quiero que alguno de mis "hombres huevo" salga muerto (estos seres no existen pero él piensa que si)

Observó al chico tomar asiento en una de sus sillas, aprovechó para estirarse un poco en el sillón y sacar una taza de té que guardaba bajo su sombrero. La extendió casi demandando que le sirvieran algo en ella. -¿Qué tan real es tu realidad?- Preguntó mientras dejaba la taza sobre la mesa cafetera. A pesar de la originalidad de la decoración de la casa de Pepper, continuaba prefiriendo su propio hogar, le resultaba incómodo no estar en un lugar tan familiar como lo era el molino, pero a veces tenía que pasar por situaciones como esta, alejarse de su zona de confort, no era tan malo después de todo, simplemente no estaba acostumbrado.

Después de examinar por última vez la habitación, miró al sargento después de que formulara su pregunta referente a Alice. -Claro...por eso estoy aquí.- Murmuró mas para si mismo que para el otro y nuevamente recuperó el hilo de la conversación y del porque se su visita. -Ella está con Haigha evitando las rondas del ejercito de la reina.- Miró la taza de té vacía y luego miró al sargento reprochando por no haberla llenado aún. Imaginaba que Alice y Haigha se encontraban ocultos en alguna parte del bosque tonteando y perdiendo el tiempo hasta que fuese seguro regresar, no era como si tuvieran prisa, tenían todo el tiempo el mundo, ¿o era que este no existía? -Necesitamos tu ayuda.- Dijo mientras se incorporaba un poco en el sillón y tomaba una posición menos relajada, había llegado a casa del sargento para pedirle un favor y proponerle algo, sabía que Pepper estaba de su parte que seguramente apoyaría en cualquier cosa que hiciera falta para derrocar a la reina, ambos extrañaban de igual manera el Wonderland de antes y ya habían comenzado con un plan como para ahora dejarlo a un lado, la llegada de Alice solo había hecho que sus planes se reforzaran y poco a poco tomaran mejor forma.

Mire que de su sombrero sacaba una taza de té, y la extendía hacía mi, ¿acaso este hombre no conoce los jugos de harandano, de mandarina o mango? solo el té?.... suspire y me levante de mi asiento cogiendo la taza de me había estirado entre mis manos, me di media vuelta y camine hacía mi cocina, mientras ponía atención a su platica Haiga es muy descuidado señor, no debería encargarle a alguien tan "importante" como nuestra amiga la rubia si, dije la palabra "importante" con cierto tono de sarcasmo, mientras en la tetera vaciaba un sobre de té en el agua írbiendo, espere unos minutos y serví el te de color verde claro en la taza de el sombrerero
me dirigí a la sala de nuevo su té jefecito... sonreí que clase de ayuda puede brindar un músico que siempre utiliza la bandera de la paz y cae siempre irremediablemente en las bromas de los gemelos Tweed? dije con cierta tristeza por que esta personalidad mía donde dejo que todos me pisen aveces me enfadaba lo escucho jefe--- lo mire con algo de tristeza en mis ojos por la conclución anterior a la que había llegado de mi persona

Escuchó el reclamo del chico sobre la liebre sin prestar mucha atención, si alguien había probado ser un buen amigo y fiel a sus planes, era Haigha, sabía que cuidaría bien de Alice mientras él se encargaba de otra cosas. -Haigha etá loco, tu también, yo también todos lo estamos, no por eso dudo de lo que son capaces.- Recitó mientras el otro iba en busca de su bebida. Recibió el té por parte del chico y le hizo un gesto con la mirada de agradecimiento. Dio un sorbo y dejó la taza sobre la mesa cafetera. Tomaba más el té por costumbre y necesidad que por otra cosa, beber té se le hacía tan natural como respirar. Saboreó un poco la bebida, no estaba mal para venir del sargento, pero en definitiva no tenía comparación con el suyo. Dio otro sorbo y se relamió los labios mientras escuchaba a Pepper hablar con tan poca confianza sobre sí mismo. Levantó la mano en señal de que estaba punto de decir algo. -Primero que nada...¿dónde está esa bandera blanca?- Lo miró con curiosidad y después tomó un semblante más relajado. -Segundo, ¿ya escuchaste la historia sobre la morsa y el carpintero? Es el último éxito de los gemelos. La recomiendo.- Se inclinó nuevamente sobre el sillón tomando la taza entre sus manos y dando otro sorbo al té,, hizo un gesto de aprobación, comenzaba a tomarle cariño a la bebida. Dejó nuevamente la taza sobre la mesa y se incorporó de golpe. -¡TERCERO Y MÁS IMPORTANTE!- Exclamó mientras se levantaba del sillón y levantaba la mano entusiasmado mirando al techo, parta después dejarse caer nuevamente sobre el sofá. -¿Alice puede ocultarse aquí durante unos días?- Preguntó con tranquilidad mientras recargaba los codos sobre la mesa y su mentón sobre sus manos. Era esa la razón de su visita, la reina sospechaba de él, como era obvio, sospechaba del molino, sospechaba de Haigha y de todos sus cercanos, pero Pepper, oculto en el bosque no sería tan fácil de rastrear por lo naipes.

No deberiamos temer a los locos, después de todo como dices tu, todos aquí estamos locos, lo que yo digo es que deberiamos temerle a los cuerdos... y tu sabes a quien me refiero exclamé mientras de nuevo me sentaba en la silla que había dejado desocupada, Haiga esta loco, pero también es curioso.... y puede meter a nuestra amiga en problemas por esa misma curiosidad de la que estamos hablando le dije una vez acomodado en mi silla con las manos puestas en el respaldo de la misma, lo mire tomar café, si seguía con su obsesión al café, cualquiera podría ponerle una bebida durmiente..... cualquiera que lo considerara peligroso, o algún.... mejor no pienso en eso sería una verdadera tragedia la morsa y el carpintero, las almejas... un culpable un doble cara.... si la conozco le sonreí, así era, la morsa tuvo un gran poder de convencimiento sobre el carpintero y juntos se comieron a las almejas..... ¿traidor? yo lo consideraba más bien un inteligente, un personaje que sabía bien cuando dar su doble cara....

....
¡ahí estaba!, sabía que toda esta visita se debía a la tonta rubia, quedarse conmigo?... me levante de mi silla y empece a dar varias vueltas por la pequeña habitación no puedo, tengo asuntos que anteder y una tropa que dirigir dije sin poder ocultar mi nerviosismo llevando me las manos a la boca y comiendo me las uñas mientras caminaba de un lado para otro....... cual era su plan?... que vinieran a matarme?! si seguro, seguro ya soy indispensable para el sombrero... "¿quien es el traidor ahora señor?!" exclame a mis adentros y luego lo mire cuente mas sobre este plan le dije y me di la vuelta hacía mi pequeño trinchador que tenía en la sala, y en este buscaba desesperado algo.... donde estan donde estan exclamaba en un susurro completamente nervioso buscando mis pildoras de pimienta masticables, (la pimienta para él es como su droga, lo tranquiliza y aveces lo hace dormir) aqui.... cogí un frasco de el tamaño de un dedo y lo destape sacando de estos una pastilla color arcoiris. Mire al sombrerero y le hice la seña con mi dedo de que se detuviera un momento, me fui a la cocina serví un poco de agua de harandano en un vaso de madera, y volví... en la presencia de el sombrerero me metí la pildora y la pase con un poco de agua... aaa exclame listo cual es la otra parte de el plan mi general al instante la pimienta me hizo efecto y el miedo se me fue así como si nunca hubiera estado ahí